sábado, 16 de abril de 2011

LA ALHAMBRA DE GRANADA

La Alhambra  es el conjunto palacial medieval mejor conservado del mundo islámico.
De su historia constructiva se sabe bastante, pero se  mantienen aún muchas dudas, especialmente en lo que  al uso de las distintas estancias se refiere.
Está claro que la fortaleza roja (traducción de su nombre árabe ) tuvo en un principio una función meramente defensiva .Parece que parte de ella ya existía  en el siglo IX , pero fue dos siglos después , mientras Granada (Madinat Garnata) era la capital de la taifa de los ziríes , de origen Beréber, cuando el visir judío Samuel B. Nagralla emprendió la fortificación de la colina de Sabinika para ofrecer protección al barrio judío situado en sus faldas .Es posible que tal alcazaba cobijara un palacio para el visir , en el que tal vez se encontrara ya la fuente de los leones que da nombre al palacio posterior .

La Alhambra, sin embargo, fue transformada por los Reyes nazaríes en otra cosa muy diferente. El Fundador de la dinastía fue Muhadmmad b.Yusuf.b.Nasr b al-Ahmar , o muhadmmad I, perteneciente a una familia de pura raza árabe de Arjona , en la provincia de Jaén , descendiente , según pretendían ,de un compañero del mismo Mahoma.

En 1232 se proclamó sultán y se dispuso a unificar el área hispánica que aún era musulmana, lo cual logró seis años más tarde, con el beneplácito de  Fernando III, de quién se declaró vasallo y al que apoyó en sus campañas contra otros gobernantes  de su misma fe. Y solamente unos meses después de asentarse en el trono decidió construir su palacio en las alturas de la Alhambra 
Sus descendientes, Muhammad II y Muhammad III, entre finales del siglo  XIII y principios del XIV, dieron pasos importantes hacia la transformación de la alcazaba en ciudad palatina, pero fueron Yusuf I (1354-1359) y su nieto Muhammad V (1362- 1391) los que hicieron efectiva la metamorfosis.


La alcazaba perdió con ellos, en gran parte su carácter defensivo, pues se hicieron torres residenciales y se dio preferencia a las actividades administrativas y recreativas frente a las militares. Como los palacios de los Omeyas orientales  y como las villas romanas, a las que estos emulaban en cierta medida, la Alhambra conjugaba el aspecto  fortificado con un destino contrario: el ocio principesco.
Los muros torreados  y almenados resultaban imponentes y daban idea de poder a sus dueños, pero sus preocupaciones eran otras.
La Alhambra se sitúa además en la tradición de las ciudadelas, pequeñas ciudades fortificadas en el seno de la ciudad en las que reside el poder político.



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