PINTURAS DE SAN CLEMENTE DE TAHULL
Las pinturas del ábside de san Clemente, en la actualidad se encuentran en el museo de Arte de Cataluña en Barcelona.
Las pinturas fueron pasadas a lienzo en 1920 por orden de la junta de Museos y en la iglesia de San clemente se ha realizado una copia de las mismas en el lugar de donde fueron arrancadas.
Estas constituyen la más alta cima del románico catalán y una de las obras cumbres de toda la pintara medieval.
Para entender ese grado de maestría hay que ir a la influencia que en ese artista excepcional tuvieron tres corrientes:
- BIZANTINA: Espiritualidad , hieratismo solemne
- ÁRABE : Con su caligrafía ornamental
- MOZÁRABE: Que con su sinceridad naturalista dota a los rostros de una fuerza expresiva.
En el conservado ábside se nos muestra una Teofanía, es decir, una representación de la Divinidad. En el cuarto de esfera aparece el Cristo en Majestad.
Se trata de una figura grandiosa, descomunal, rodeada por el óvalo de la perfección divina o MANDORLA MÍSTICA.
La fijeza e intensidad de su mirada son sobrecogedoras.
Estamos ante el Cristo Juez del Apocalipsis, Alfa y Omega, el principio y el fin de todo. Es un Cristo que bendice, domina, impone reverencia y temor revestido de gloria en su trono m que sostiene en su mano izquierda el libro del cristianismo en la que señala: YO SOY LA LUZ DEL MUNDO “EGO SUM LUX MUNDI” y que apoya sus pies sobre un horizonte curvo, el MUNDO.
Acompañan a Cristo los cuatro vivientes (los cuatro evangelistas)
Mateo, Juan, Marcos y Lucas.
El primero como criatura angélica semejante al hombre. El segundo, Juan, representado en cabeza de águila que porta un ángel. Marcos como León inscrito en círculo al que el otro ángel toma por una pata y en similar posición y apariencia, tomado por el rabo , se halla el toro que representa a Lucas .
Todo esto constituye el TETRAMORFOS, es decir el conjunto de los símbolos de los cuatro evangelistas.
Por fuera de los vivientes hay dos serafines provistos de tres pares de alas cubiertas de ojos en representación de la revelación.
Debajo del Cristo, entre el Cielo y la Tierra se presenta un friso con el cortejo celestial de los Apóstoles y la Virgen donde predominan los rojos , azules , blancos , ocres y verdes.
Estos personajes están rigurosamente frontales y simétricos separados entre si por un escueta arquería.
Sus nombres aparecen pintados en el friso: Tomás Bartolomé, María, Juan y Jacobus. Y son portadores de símbolos como la VERDAD y la RENDICIÓN, así la Virgen lleva en sus manos la copa de sangre redentora de Jesús.
Toda esta pintura de San Clemente transmite una fuerza tan sobrecogedora en su actitud como elegante.
Los maestros pintores de este templo del SXII fueron los encargados de desarrollar sobre sus muros programas iconográficos que ofrecían a los fieles información, piedad, respeto, miedo y exaltación religiosa.
Sobre uno de los pilares del Templo apareció un cartel de decoración pictórica en el habla de la fecha de la consagración del Templo: 1123